Lástima, lástima que no se den cuenta de que las leyes acaso si les afectan UN CARAJO. Pero eso es lo último a considerar, mientras tanto cientos, miles de turistas regresan a sus tierras expandiendo la noticia, o debería decir, afirmando, probando la creencia, de que el Perú es un país inhóspito, intransitable, peligroso, delincuencial, lleno de gente violenta. ¿Y qué fue de Machu Picchu? ¿La Maravilla? "Ni la vimos" "Los pobladores bloquearon los caminos con piedras y palos y nos tuvieron que regresar, nos acompañó la policia para que estuviéramos seguros", "un amigo me contó que tomaron el aeropuerto"..."¿Quéeééééééé?" "Mira, hasta tengo fotos".
Nuestro mejor referente a nivel internacional, nuestro símbolo se convierte estúpidamente en un referente de violencia, de caos, de anarquía. Hemos tenido la suerte de que los ojos del mundo se posen sobre esta nueva Maravilla, y lo están. ¿Qué imagen le regalamos a esos ojos ahora?
El gobierno debería dejarse de cobardías y detener toda esta acumulación de ignorancia expulsada con atropellos. Mientras la pusilanimidad del gobierno se mantenga, el daño a nuestra imagen internacional se acrecentará exponencialmente.
Muévete pues, Alan.